¿Qué rentabilidad debe tener un inmueble?

Cuando te planteas invertir en vivienda, la gran pregunta siempre es la misma: ¿qué rentabilidad debe tener una inversión inmobiliaria para que realmente merezca la pena? No es una cuestión menor. La respuesta puede marcar la diferencia entre un buen negocio y una oportunidad perdida.

¿Qué porcentaje de rentabilidad se considera bueno?

En el mundo inmobiliario, tener claro qué porcentaje de rentabilidad se considera bueno es clave. Lo habitual es que los inversores busquen una rentabilidad neta de entre el 4% y el 6% anual. Si consigues superar el 7%, puedes considerarlo excelente, aunque normalmente implica asumir algo más de riesgo o invertir en zonas menos consolidadas.

Por ejemplo, en 2025 la rentabilidad bruta media del alquiler en España ronda el 7,3%. Si lo comparas con lo que ofrecen los depósitos bancarios o los bonos del Estado, la diferencia es enorme. En ciudades como Murcia, la rentabilidad puede llegar al 8,2%. Y si miras apartamentos turísticos en la Costa del Sol, en temporada alta superan incluso el 10%.

¿Qué rentabilidad debe tener una inversión inmobiliaria?

La rentabilidad ideal depende mucho del tipo de inmueble y de la zona. Por ejemplo, si compras un piso para alquilar en una gran ciudad, lo normal es moverse entre el 3% y el 5% neto. Sin embargo, en ciudades medianas o municipios periféricos, puedes alcanzar el 7% o incluso el 9%. Un caso típico: en Vícar (Almería) o Elda (Alicante), la rentabilidad bruta supera el 8%.

No olvides que la rentabilidad neta es la que realmente importa. Para calcularla, resta todos los gastos (comunidad, IBI, seguros, mantenimiento, impuestos etc.) de los ingresos anuales, y divide el resultado entre la inversión total. Para calcular correctamente la rentabilidad neta de una inversión debes tienes que tener en cuenta estos dos elementos:

  1. Suma todos los ingresos anuales derivados del alquiler de la propiedad, incluyendo rentas mensuales y cualquier otro ingreso relacionado.
  2. Resta todos los gastos anuales asociados a la propiedad incluyendo:
    • Gastos de comunidad
    • Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y otros impuestos municipales
    • Seguros
    • Mantenimiento y reparaciones
    • Gastos de administración y gestión
    • Intereses hipotecarios (si corresponde)
    • Otros gastos deducibles (por ejemplo, honorarios de agencia)
  3. Impuestos: para comprar una propiedad en España, debes pagar uno de estos dos impuestos según el tipo de vivienda:
    • ITP (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales): Se paga cuando compras una vivienda de segunda mano (usada). El comprador es quien lo abona, normalmente al formalizar la compraventa ante notario. El porcentaje varía según la comunidad autónoma, pero suele estar entre el 6% y el 10% del valor de la vivienda
    • IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido): Se paga cuando compras una vivienda nueva (primera entrega al promotor). El comprador lo paga en el momento de la firma de la escritura, junto con el resto del precio de la vivienda. El tipo general de IVA es el 10%, salvo para viviendas de protección oficial de régimen especial o de promoción pública, donde es el 4%.

Por ejemplo: si compras un piso por 200.000 €, pagas 20.000 € en impuestos/reformas, tienes 2.000 € en gastos y cobras 12.000 € al año de alquiler la rentabilidad neta será: (12.000−2.000−1.000)/220.000×100=4,09%

Ten en cuanta que en España, los ingresos netos por alquiler tributan en el IRPF como rendimientos del capital inmobiliario. Puedes deducir los gastos mencionados, lo que reduce la base imponible. Además, si alquilas para vivienda habitual, puedes beneficiarte de una reducción fiscal del 60% sobre el rendimiento neto declarado.

¿Qué rentabilidad es aceptable?

Ahora bien, ¿qué rentabilidad es aceptable en el contexto actual? Si analizamos las tendencias de 2025, un mínimo razonable sería un 4% neto en grandes ciudades y entre un 6% y un 7% en zonas emergentes o municipios con precios más bajos. Los expertos coinciden en que, por debajo del 3%, la inversión deja de ser interesante frente a otras alternativas financieras.

En oficinas y locales, los rendimientos pueden ser más altos, llegando al 10% o el 12%, pero aquí el riesgo y la inversión inicial también suelen ser mayores. El segmento turístico, por su parte, ofrece rentabilidades muy atractivas, aunque está más expuesto a la estacionalidad y a cambios regulatorios.

Factores clave para conseguir buena rentabilidad

  • Ubicación: Es el factor más importante. Las ciudades medianas y las zonas periféricas suelen dar mejores cifras que los grandes núcleos urbanos.
  • Tipo de inmueble: Los pisos de tamaño medio (70-100 m²) y precios entre 200.000 y 300.000 € suelen ser los más buscados y fáciles de alquilar.
  • Gastos ocultos: No subestimes los gastos de comunidad, impuestos y mantenimiento. Pueden reducir la rentabilidad neta hasta un 40% si no los tienes en cuenta.
  • Demanda de alquiler: Asegúrate de que la zona tiene suficiente demanda. Un piso vacío es igual a rentabilidad cero.

Tendencias para 2025

El interés por la inversión inmobiliaria sigue creciendo. Se espera que la inversión total en el sector suba un 15% este año, y que la vivienda siga siendo el activo preferido tanto para pequeños ahorradores como para grandes fondos. El segmento de alquiler tradicional y el turístico serán los más dinámicos, aunque cada vez más inversores miran también a las oficinas y locales comerciales.

Conclusión

En definitiva, ¿qué rentabilidad debe tener un inmueble? No hay una cifra mágica, pero sí unos mínimos claros: un 4% neto en ciudades grandes y un 6-7% en zonas emergentes. Si encuentras oportunidades por encima del 7%, estás ante una inversión muy interesante, aunque conviene analizar bien los riesgos. Recuerda: la clave está en hacer números, comparar opciones y no dejarse llevar solo por la intuición.

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