El mercado inmobiliario español enfrenta en 2025 un escenario de transformación acelerada. Los propietarios que buscan comprar inmuebles como inversión deben analizar detenidamente las diferencias entre los contratos alquiler turístico tradicional, un debate que mezcla rentabilidad, obligaciones legales y dinámicas socioeconómicas. Este artículo, basado en datos inmobiliarios oficiales y análisis sectoriales, desglosa las claves para tomar decisiones informadas en un contexto regulatorio en evolución.
El año 2025 marca un punto de inflexión con la entrada en vigor de la modificación de la Ley de Propiedad Horizontal según Hosteltur. Desde abril, cualquier propietario que desee destinar su vivienda a uso turístico necesita la autorización de tres quintas partes de la comunidad de vecinos, un requisito que busca equilibrar el turismo con la convivencia urbana. Paralelamente, el Registro Único de Viviendas Turísticas, gestionado por el Ministerio de Vivienda, exige que todas las propiedades en plataformas digitales obtengan un número de registro antes del 1 de julio según datos del INE.
Los contratos alquiler turístico tradicional divergen radicalmente en su marco jurídico:
Según el INE, España alcanzó las 400.000 viviendas turísticas en 2024, con un crecimiento del 16,5% interanual. Madrid lidera este boom con 19.000 propiedades, duplicando a Barcelona, mientras que Alicante y Málaga registran los mayores incrementos provinciales. Sin embargo, el mercado inmobiliario muestra señales de saturación: en noviembre de 2024, se perdieron 28.588 VUT respecto a agosto, aunque el volumen total sigue siendo histórico según Gestión de Patrimonio.
En contraste, el alquiler tradicional vive una crisis de accesibilidad:
La Ventanilla Única Digital centraliza el registro de alquileres temporales, exigiendo a plataformas como Airbnb verificar el Número de Registro de Alquiler (NRA). Este sistema, operativo desde julio, pretende reducir el fraude fiscal y la competencia desleal según El Diario.
En paralelo, la presión ciudadana contra la turistificación se materializa en políticas locales:
La elección entre contratos alquiler turístico tradicional depende de factores como la ubicación, capacidad de gestión y tolerancia al riesgo. Mientras el vacacional ofrece mayor rentabilidad (especialmente en ciudades costeras), el tradicional proporciona estabilidad frente a regulaciones cambiantes.
Para inversores que buscan comprar propiedades, los datos inmobiliarios de 2025 recomiendan diversificar: combinar VUT en zonas turísticas con alquileres residenciales en áreas menos saturadas. La clave reside en monitorizar indicadores como el IRAV y las restricciones municipales, que definirán el futuro de un sector en constante evolución. Para analizar los datos inmobiliarios de las propriedades en toda España puedes usar ProperVisor.